(Fuente prensa LVBP.COM /
Por Alexander Mendoza) Apenas Bud Black escuchó el nombre de
“Venezuela” de inmediato soltó: “Sabías que en 1981 ¿Sí?… ¿Cómo sabes que
estuve allá?” Preguntado por el periodista Daniel Álvarez Montes, del portal El
Extrabase, el actual manager de los Rockies de Colorado recordó con especial
afecto su pasantía por la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, durante las
festividades del pasado Juego de Estrellas en Denver.
Black, un ex lanzador zurdo
que actuó en las Mayores durante 15 temporadas, formó parte de la sólida
importación que contrató la gerencia de Leones del Caracas para la temporada
1981-1982. Han transcurrido 40 años y, el ahora experimentado estratega,
todavía tiene fresca en la memoria aquellos cuatro meses que pasó en el país.
“Es uno de mis recuerdos
favoritos. Amo a los Leones. ‘Negro’ Prieto, Oscar Prieto, Antonio Armas,
Baudilio Díaz… Luis Leal se unió para la Serie del Caribe. Grandes memorias del
Caracas, lo amé, lo amé. Fue instrumental para mi carrera, me dio otro nivel de
confianza. Lo amé…”.
Black comenzó aquel año en
la filial Doble A de los Marineros de Seattle, ascendió a Triple A y terminó
tomándose un café en las Grandes Ligas. Contaba 24 años de edad.
Oscar Prieto Párraga confesó
que le emocionó escuchar las palabras del otrora batallador pitcher.
“Black estuvo desde el
primer día y nos acompañó hasta la Serie del Caribe, en la que se destacó.
Luego fue un lanzador aceptable en las Grandes Ligas”, apuntó.
En la campaña 1981-1982,
Leones se convirtió en el primer equipo del circuito en ganar tres campeonatos
seguidos.
“Para mí, personalmente, fue
grandioso, y para los otros americanos con el equipo”, enfatizó Black, de 64
años de edad. “Steve Sax, Ron
Gardenhire, Jim Maler, Daniel García, Brian Denman, Dennis Burtt. Fue
grandioso en nuestras carreras. Fue grandioso conocer otro país y cultura, ver
la pasión que los venezolanos tienen por el beisbol. Hoy es diferente, no
muchos peloteros van a ligas invernales, nosotros lo hicimos. Fue algo animado
por nuestra organización. Ellos lo arreglaron para nosotros. Fue Seattle, para
ese momento, e hicieron que pasara y fui a Caracas”.
Black exhibió récord de 4-3,
con 2.49 de efectividad y 1.32 de WHIP, en 72.1 innings repartidos en 12
aperturas. En la postemporada fue todavía mejor, tras ganar los tres encuentros
que abrió, incluida la Serie del Caribe, gracias a un promedio de carreras
limpias de 1.57 y un WHIP de 1.13 (23 INN).
Humberto Acosta, una de las
mejores plumas del periodismo venezolano, fue testigo de excepción de la
poderosa escuadra caraquista, tras seguir día a día sus actuaciones.
“Aquellos Leones atendían a
un momento en particular. No había la cantidad de peloteros venezolanos en las
Mayores de ahora, a parte de sus niveles y habilidades, pero los que estaban
arriba, jugaban regularmente. Lo mismo pasaba con los importados. Un fanático
de hoy se asombraría de ver ese roster. Ese Caracas pasó al playoff en un juego
extra contra Aragua, y después nada ni nadie lo paró hasta que ganó la Serie
del Caribe (en Hermosillo, México)”.
Caracas debió realizar un
desafío de desempate contra Tigres, tras terminar la ronda regular igualados en
el cuarto lugar con balance de 33-33. Algo difícil de explicar, pues Baudilio
Díaz encabezó el curso con 13 jonrones, el jardinero Eddie Milner fue el mejor en
bases robadas (24) y anotadas (49), mientras que Tom Dixon lideró a los
lanzadores en triunfos (9) y abanicados (70). Lo que de alguna manera ilustra
el nivel de la LVBP por aquellos años, al que alude Acosta.
“Cubrí ese campeonato en su
totalidad para El Nacional y era tal la confianza que había en el triunfo del
Caracas, que me permití adelantar la reseña. La titulé: ‘La pandilla del
retorno’. Eran muy superiores, aunque siempre le di un crédito significativo a
Alfonso Carrasquel, el mánager. En resumen y, aunque el tiempo no me deja
evocar con precisión, era un equipo sobrado por el material criollo e
importado”.
“Tengo muy buenos recuerdos
de esa temporada, porque ese fue el primer equipo que armé, ayudado por mi
papá”, agregó Prieto. “Fue un tremendo equipo. El manager iba a ser Joe
Altobelli (coach de los Yanquis de Nueva York) y un mes antes de iniciar la
temporada dijo que no. Así que le dimos el equipo a Carrasquelito”.
Desde entonces, mucha agua
ha pasado bajo el puente. Prieto terminó convertido en un ejecutivo legendario
por sus logros y aportes al juego en la región, al punto de tener una placa al
lado de su padre Oscar “Negro” Prieto, en el Pabellón de la Fama del Caribe,
algo inédito en la historia del recinto.
Luego de tres lustros en la
Gran Carpa, Black inició una exitosa carrera como técnico, que le convertiría
en piloto. Ha dirigido más de 2.000 encuentros por espacio de 14 años, con
Padres de San Diego y Colorado, en tanto que cuenta en su vitrina personal con
un premio al Mánager del Año (2010).
“Todavía les recomiendo a
los peloteros que vayan a jugar invierno y dicen que no. Es otra situación. Ya
no quieren ir. Era diferente en 1981. Fue hace 40 años, pero lo disfruté”,
acotó Black, originario de San Mateo, California. “En días libres íbamos a la
playa. El Ávila… Empanadas, arepas… El Anauco Hilton, lo amé… Hey Polar… ¡Dame
una cerveza fría!”. (Síguenos por nuestro Twitter oficial
@beisbolcontodo)
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