(Fuente prensa LVBP / Por
Alexander Mendoza) Carlos Arroyó empujó tres carreras que
encaminaron la ofensiva de Caimanes y sirvieron de respaldo a una sólida
actuación del zurdo Elniery García, para que Barranquilla derrotara 8-1 a
Navegantes del Magallanes y avanzara a la Final de la Serie del Caribe 2022.
Los neogranadinos llegaron
al Estadio Quisqueya-Juan Marichal sin victorias en 10 desafíos, desde su
inclusión como invitados en el Clásico Caribeño en 2020. Esa racha negativa la
rompieron en la jornada inaugural contra la nave turca y este martes dejaron el
camino al campeón de la LVBP, para ratificar que ya no son comparsa en la
competición.
El grandeliga Junior Guerra
apenas pudo colgar un cero en el primer inning y volvió a salir temprano en el
juego, tras encajar un triple con las bases llenas de Carlos Arroyo, quien se
engomó a parado en un lanzamiento salvaje. Con el juego 4-0, el mensaje estaba
claro. Si Magallanes quería meterse en el juego, no se le haría fácil.
“Sabía que teníamos que
salir agresivos”, soltó el mánager de Barranquilla, José Mosquera. “Pero es
fácil decirlo de la boca hacia afuera, otra cosa es hacerlo, sentirlo desde
adentro. Escogí bien las batallas y conseguí hacer los mejores matchups para
mis pitchers. Todo empieza por creer y ese es nuestro lema. Creímos que
podíamos hacerlo. De allí el éxito contra equipo de mayor ranking, como
República Dominicana y Venezuela”.
Caimanes continuó
produciendo, fiel a su mantra. Reynaldo Rodríguez recibió al relevista
Henderson Álvarez con un cuadrangular por el jardín izquierdo, en la tercera
entrada, y en el cuarto tramo, Enderson Franco fue víctima de otras tres
rayitas, producidas por doble de Harold Ramírez, sencillo de Andrés Angulo y
rodado para dobleplay de Carlos Martínez.
La Galera se hundía 8-0, sin
que el juego fuese decretado legal.
“Había bastante peso sobre
nosotros, pero esas 10 derrotas quedaron atrás”, enfatizó Mosquera. “El mensaje
estaba claro desde que veníamos en el avión”.
Un par de días antes
Barranquilla había dado un duro golpe a los analistas, tras imponerse 2-1 al
todopoderoso Gigantes del Cibao.
Con la holgada ventaja en el
marcador, el dominicano García superó problemas de control en los dos primeros
capítulos, tras negociar tres pasaportes, y comenzó a colgar ceros a la segunda
alineación más temible del torneo, que había hecho explosión en la víspera,
pese a la derrota contra los cacaoteros cibaeños.
“Me enfoqué inning por inning. Es
un lineup con varios grandeligas como (Willians) Astudillo y el Oso Panda
(Pablo Sandoval)”, apuntó García, que con el uniforme de
Vaquero de Montería fue uno de los tiradores más dominantes del circuito
colombiano.
Mosquera no lo usó durante
el torneo, reservándolo para un desafío importante como el de la tarde del
miércoles
“Sigue siendo un juego
difícil, cualquier cosa puede pasar. No ves esas salidas todo el tiempo, solo
suceden”, puntualizó el estratega sobre García.
El siniestro llegó el
séptimo con un no-hitter, que rompió Balbino Fuenmayor con un largo biangular
por la derecha.
“Ayer se acercó y me dijo
que iba a lanzar este juego. Desde que llegue aquí, mi objetivo era subir al
montículo, así que no me metí presión por el juego sin hits ni carreras y
cuando terminó, el mánager se acercó y me dijo que era suficiente, tenía muchos
envíos”, dijo García, que en 6.2 tramos hizo 107
pitcheos, 65 en strike, en los que combinó una recta entre 92 y 94 millas por
hora, con envíos rompientes y quebrados, que sacaron de paso a los bates bucaneros.
Además de descansar a
García, Mosquera no usó al experimentado Sandy León el martes, en un juego sin
trascendencia contra el eliminado Criollos de Caguas.
“Salí a ganar ese partido
(perdió 6-1), pero sabía lo que tenía por delante”,
precisó Mosquera.
Sencillo de Danry Vásquez,
doble de Sandoval y elevado de sacrificio de Ángel Reyes, acabaron con el
blanqueo de Barranquilla, en la última oportunidad ofensiva del Magallanes.
“Ha sido una experiencia
increíble. Todo esto es algo nuevo para mí. Me siento bendecido de manejar a un
grupo como este, con varios peloteros mayores que yo”,
apuntó emocionado el mandamás colombiano, de 35 años de edad.
Pase lo que pase en la
final, Caimanes de Barraquilla está haciendo historia y Mosquera asiste al
espectáculo en primera fila. (Síguenos por nuestro Twitter oficial
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