(Fuente MLB.COM) El
cartel en el Comerica Park que llevaba la cuenta de los jonrones de Miguel
Cabrera marcaba 498. La expectativa por la búsqueda de los 500 iba subiendo
cuando el también venezolano Eduardo Rodríguez tomó el montículo allí por los
Medias Rojas una noche de miércoles en agosto.
“Fue divertido”, recordó
Rodríguez, “porque éramos yo y (el también venezolano) Martín Pérez lanzando
uno detrás del otro. Hablamos con Miguel y le dijimos, ‘Te queremos mucho y
todo eso, es parte del juego, pero yo no quiero ser el 500’. Echamos broma con
él todos esos días”.
Rodríguez no permitió
carreras aquella noche, blanqueando a los Tigres en seis innings con cuatro
bases por bolas y 10 ponches. Sus primeros cinco outs fueron con ponches
tirándole, incluyendo a Cabrera con una recta bien localizada en la esquina
superior y lejana de la zona de strike.
Pocos meses después,
mientras el gerente general de los Tigres, el cubano Al Ávila, y el manager
A.J. Hinch preparaban sus mejores discursos para convencer a los agentes libres
a jugar en Detroit, una de las personas que hablaron con Rodríguez fue Cabrera.
“De verdad, somos muy buenos
amigos”, dijo Rodríguez, “y me comenzó a hablar de todo
sobre Detroit, cómo son las cosas aquí y todo eso. Me habló de lo especial que
es la relación con la organización y en el equipo. Y ahora me gustaría ser
parte de eso”.
Y cuando Cabrera alcance su
próximo hito personal con el hit 3,000 de su carrera en algún momento de la
temporada entrante, Rodríguez estará en el dugout de los Tigres, un compañero
de equipo con un asiento en primera fila para ver esa historia. Y tras firmar
un contrato de cinco años, Rodríguez también tendrá la oportunidad de hacer
historia en Detroit mientras los Tigres tratan de competir otra vez.
“Nosotros siempre dijimos
que teníamos que acomodar el pitcheo y éste es un paso en esa dirección”,
indicó Hinch. “En resumen, él es un ganador. Cuando sale a lanzar, le da a su
equipo la oportunidad de ganar el juego, que es lo que uno le pide a un
lanzador cada cinco días. Si miras lo que él ha hecho, su historial, cómo se
prepara, su arsenal, su competitividad, durabilidad, habilidad para lograr que
los rivales abaniquen la brisa, los rollings suave que le dan, no hay nada que
no veas bien de él.
“Es alguien que al llegar,
inmediatamente mejora nuestra rotación. Eso es lo que nos emociona”.
“Yo veo todo lo que tienen
aquí. Veo la forma en la que han empezado a reconstruir el equipo y a
prepararse para ganar campeonatos”, añadió Rodríguez. “Y parte
de eso era la historia, Miguel, y preguntar sobre todo, sobre la organización y
todo eso.
“Quieren ser un equipo que
pelee por un campeonato y yo quiero ser parte de eso. Quiero ser parte de esa
reconstrucción y ayudarlos como pueda. Por eso decidí venir a Detroit”. (Síguenos
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