(Fuente prensa LVBP.COM /
Por Alexander Mendoza) Gleyber Torres había estado confrontado
problemas con su ofensiva desde el Día Inaugural, luego de una modesta campaña
en 2020. Pero parece encontrar la vuelta de tuerca.
El madero del campocorto fue
clave en la barrida de la serie de fin de semana contra los Medias Blancas de
Chicago en Yankee Stadium. De hecho, desde el miércoles, cuando regresó de la
cuarentena a la que fue sometido en las instalaciones neoyorquinas en Tampa,
tras contagiarse con COVID-19, Torres liga de 18-11 (.611), con doble, jonrón y
ocho carreras remolcadas. Lo que ha contribuido a levantar la pegada del lineup
que elabora el manager Aaron Boone.
El caraqueño, de 24 años de
edad, aseguró que ha trabajado arduamente con los instructores de bateo de los
Yanquis, quienes le aconsejaron simplificar su enfoque y prepararse de manera
consistente. El porcentaje de los envíos que sale a buscar fuera de la zona de
strike ha bajado en mayo (11,8 % con respecto al 20 % de abril) y está haciendo
más daño en los conteos de bateadores, de acuerdo con un reporte de Ryan
Chichester para WFAN Sports Radio de Nueva York.
“Las primeras dos semanas de
la temporada fueron un poco difíciles”, dijo Torres. “En esos momentos, cuando
no lo hacemos muy bien, pensamos demasiado”.
Ahora lo está disfrutando
-al menos es lo que parece. Un día después de remolcar las dos carreras de su
equipo, una de ellas para dejar en el terreno a Chicago, en un emotivo e
inspirador triunfo, Torres continuó dándole bien a la bola el sábado, al apunto
de sumar tres hits, incluido un doble y cuatro producidas, para respaldar otra
sólida labor del as Gerrit Cole, en el blanqueo 7-0 contra los patiblancos. El
domingo agregó otro trío de imparables y un par de producidas, en el lauro 5-4
que extendió a seis las victorias consecutivas de los Bombarderos del Bronx.
“Tuve muchas conversaciones
con P. J. (Pilittere, asistente del coach de bateo) y Marcus (Thames, coach de
bateo) todos los días. Hice trabajo extra y me ayudaron a recordar pequeñas
cosas para hacer ajustes en el plato”, abundó Torres. “Solo he estado tratando
de seguir esas guías y ser más consistente con mi rutina antes del juego. En
cada turno al bate, trato de hacer lo mismo. Tengo un buen plan cuando voy al
plato y estaré concentrado en cada situación”.
Boone reconoció el esfuerzo
de Torres y espera que se mantenga en ese luminoso sendero, en lugar de volver
al camino de sombras que le sumió en la inconsistencia.
“Cuando consigue su pitcheo,
pone la bola en juego con autoridad”, destacó el estratega. “Hubo momentos en
el primer mes (del calendario) cuando estaba en conteos favorables o incluso
cuando ponía un buen swing, conectaba un foul. Pero creo que la mayor parte del
año ha hecho un buen trabajo controlando la zona y tomando buenos decisiones al
momento de hacer swing, pero cuando empiezas a ver que salen los extrabases,
ese es el producto de batear en ciertos conteos y cuando lo haces, le vas a
pegar bien. En esta serie lo ha hecho con corredores en las bases”.
Antes de su explosión contra
los Medias Blancas y de perder tiempo de juego por el COVID-19, Torres había
mostrado signos de recuperación, como explicó Boone.
En sus más recientes 17
compromisos (desde el 27 de abril) está bateando para .369/.423/.523 (65-24),
con nueve carreras, cuatro biangulares, dos vuelacercas, 16 impulsadas y seis
boletos.
En general, en mayo su línea
ofensiva es de .375/.434/.521, además de .955 de OPS. Así que, por estos días,
es el out más difícil de los yanquis. (Síguenos por nuestro Twitter
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