(Fuente MLB.COM / Por Jason Beck) El venezolano Wilson Ramos afirma que nunca
conversó sobre la posibilidad de firmar con los Tigres, junto a su buen amigo y
compatriota Miguel Cabrera, mientras entrenaron juntos esta temporada muerta en
el sur de la Florida. Pero cuando el equipo lo llamó la semana pasada para
decirle que estaban interesados, la amistad jugó un rol para llevar al receptor
veterano a Detroit.
Ramos no conoce mucho
todavía sobre su nuevo cuerpo de pitcheo, aunque dijo que ha hablado con
Matthew Boyd desde que firmó su contrato de un año y US$2 millones el viernes
pasado. Ramos ha jugado en apenas tres encuentros en el Comerica Park a lo
largo de su carrera. Pero conoce a Cabrera. Y sabe lo que significa poder llamarlo
“compañero de equipo”.
“Conozco a Miguel desde hace
mucho tiempo, hace más de 10 años cuando jugamos pelota invernal en Venezuela”,
dijo Ramos. “Ahora que venimos entrenando, nos apoyamos mucho. Por eso estoy
feliz de firmar con los Tigres, porque me sentí muy bien entrenando con él. Esa
relación me ayudó a tomar la decisión”.
Ramos afirmó que viene
trabajando con Cabrera desde principios de noviembre. A lo largo del camino, se
han retado el uno al otro para alcanzar sus metas. Para Ramos, la prioridad era
perder peso, recobrar parte de su agilidad detrás del plato y aligerar la carga
de trabajo sobre esas rodillas de 33 años.
Ramos reveló que pesaba
alrededor de 270 libras la temporada pasada, pero que ahora ha bajado a 245. Lo
que estaba buscando era tiempo de juego a pesar de su edad, luego de iniciar 38
de los 60 juegos de los Mets la temporada pasada.
Ramos inició 113 partidos
detrás del plato con Nueva York en el 2019, la última campaña completa de
Grandes Ligas. En el tope de su carrera, inició 123 por los Nacionales en el
2015 y 122 al año siguiente. Mientras más acción ve, más productivo cree que
puede ser, tanto al bate como detrás del plato.
“Ya hablé con A.J. (Hinch,
el nuevo manager) un poco sobre lo que quiero para este año, y una de las cosas
que le dije fue que quería jugar un poco más, jugar todos los días. Estoy
esperando eso”, dijo Ramos. “En mi carrera, soy más consistente cuando juego
así. Estaba buscando esa oportunidad y me dieron la oportunidad de firmar. Eso
es lo único que quiero de ellos”.
Si Ramos produce, debe de
recibir muchas oportunidades en Detroit, pero podría cederle algo de tiempo a
Jake Rogers si el prospecto Nro. 12 de los Tigres se gana un puesto en el
roster del Día Inaugural. Mientras Ramos necesita demostrar que todavía le
queda combustible en el tanque, los Tigres necesitan saber qué puede ofrecerles
Rogers. De cualquier forma, Ramos probablemente vea mucha acción durante la
pretemporada para poder conocer más a un cuerpo de pitcheo del que dice saber
poco.
“Pude hablar un poco con el
muchacho zurdo, Boyd”, manifestó Ramos. “Voy a esperar hasta que nos veamos en
persona durante el Spring Training. Quiero empezar a conocerlos a todos, ver qué
lanzan y todo eso. Pero lo primero que quiero es tener una buena comunicación
con ellos y estar en la misma página. Eso es lo más importante ahora mismo. Lo
hice en el pasado con los Rays de Tampa Bay y luego con los Mets de Nueva York,
trabajar con muchachos jóvenes. Sé cómo manejar eso”.
Ramos manejó una rotación
llena de estrellas en los Mets, aunque su relación con Noah Syndergaard terminó
en la contratapa de los tabloides de la ciudad cuando el lanzador empezó a
trabajar exclusivamente con el segundo receptor del club, el puertorriqueño
Tomás Nido, en el 2019. Como contraste, Ramos trabajó muy bien con el dos veces
ganador del Premio Cy Young de la Liga Nacional, Jacob deGrom, además del zurdo
Steven Matz.
Ofensivamente, Ramos se unió
al cada vez más grande grupo de bateadores tratando de elevar sus conexiones
con más frecuencia. El ángulo de salida promedio de sus batazos fue de 6.5
grados, el más elevado para él desde que Statcast llegó en el 2015. Su taza de
“macetazos” se elevó a 7.1%. Ramos terminó bateando .239 (de 142-34) con cinco
jonrones, 15 empujadas y OPS+ de de 88.
“Fue un año difícil”, dijo
Ramos. “Ahora, ya tengo dos meses y medio trabajando en mi swing y me siento
muy bien con lo que estoy haciendo ahora mismo”.
Tomando en cuenta que Ramos
ha pasado 10 de sus 11 campañas como ligamayorista en el Este de la Nacional,
se entiende que no tenga mayor experiencia en el Comerica Park. Jugó por última
vez allí en el 2018, cuando se fue de 8-4 en dos juegos. Pero dijo que estaba
contento por la oportunidad de cambiar de escenario y jugar en una nueva
división.
“Sé que es un estadio bien
grande, especialmente entre right y center, que es por donde yo bateo más”,
contó. “Pero ahora mismo estoy trabajando en tener un buen ángulo y ponerle un
buen swing a la bola, como antes en mi carrera. Sé que tengo un poquito de
fuerza y la bola viaja lejos si le pego bien.
“Los muchachos con los que
estaba entrando ahora me dijeron, ‘Hey, ahora vas a dar unos triples si metes
la bola por ese callejón’. Lo que les dije fue, ‘Yo estoy bien con mis
dobles’”. (Síguenos
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