(Fuente prensa LVBP.COM /
Por José Luis López) Bravos de Margarita recibió
el 2021 como el equipo más ganador de la presente temporada, al ser el único en
exhibir 18 triunfos a estas alturas del certamen.
En lo que va de este híbrido
de última semana de 2020 y período inicial de 2021, el equipo se ha esmerado en
dejar contundentes pruebas de su ofensiva, sobre todo en los días martes y
miércoles. En el primero de ellos -incluso- el equipo estableció nueva marca de
carreras anotadas para un club, en un juego de la LVBP, justo cuando el ente se
prepara para festejar sus primeros 75 años de existencia.
En sondeo realizado entre
los propios miembros del conjunto, donde encontramos a técnicos y jugadores,
todos coinciden en que la ofensiva es el punto fuerte de este equipo. Elemento
del cual careció en muchos torneos, desde que Bravos realizó su primer juego en
la temporada 2006-2007.
Pero los tiempos cambian y
hoy la novena margariteña es el terror de los lanzadores contrarios en la
actual contienda.
Para que tengan una idea más
clara de lo que sucede, Cardenales de Lara es el equipo que ostenta el récord
de mayor average colectivo de bateo para una campaña de la LVBP. Ello lo logró
en la contienda 2027-2018, con .318 puntos.
Bravos estrenará este 2021
con un promedio colectivo de .316 a la ofensiva, actualmente el segundo mejor
de la LVBP en toda su historia. Es decir que muy bien podría el equipo insular
destronar al Cardenales este mismo año, como la versión del equipo más bateador
en los anales del circuito.
Cardenales de Lara, en su
campaña 2009-2010, ocupa el tercer lugar del renglón con .306 puntos, y el
cuarto con .303 puntos de promedio colectivo en la campaña 2004-2005.
Tiburones de La Guaira de la
justa anterior, la 2019-2020, terminó con .302 puntos de bateo colectivo, al
igual que los Leones del Caracas de la ya lejana zafra 1964-1965.
En definitiva, solo cinco
conjuntos, a lo largo de 75 años, han terminado colectivamente por encima de
los .300 puntos, al momento de esgrimir el madero. Un grupo al que se sumará
Bravos, si mantiene su arrollador ritmo.
Pero el efecto de Bravos no
se queda allí. Finalizó 2020 con 205
carreras anotadas en 30 juegos. Si proyectáramos esa cifra una temporada
habitual de 63 juegos, el equipo culminaría con 430 anotadas, guarismo que
haría palidecer el récord de 400, establecido por Leones del Caracas en la
campaña 2008-2009.
Si nos vamos a los hits
conectados, Bravos entra a enero con 310 hits en 30 desafíos. Si volvemos a
proyectar esta cifra sobre 63 encuentros, obtendremos una producción probable
de 651 imparables. Solo 37 equipos en los tres cuartos de siglo de la LVBP, han
finalizado con 600 o más hits. El récord corresponde al Magallanes de la
temporada 1953-1954, cuando despachó 710, según el portal Pelotabinaria.com.
Pero pasemos a logros más
cercanos como el obtenido esta misma semana, cuando en Valencia apaleó 26-3 a
Águilas del Zulia, en el juego con mayor producción de carreras por parte de un
club.
Esta actuación desplazó del
Libro de Récords de la LVBP a la victoria de las Águilas del Zulia 25-6 sobre
Pastora de Los Llanos (09/12/01), predecesor de Bravos en el circuito. Ironías
que tiene la pelota, sin duda.
También superó el récord de
la franquicia, pues Bravos, el sábado 2 de noviembre de 2008, en su hogar del
Estadio Nueva Esparta en Guatamare, Margarita, doblegó 21-17 en memorable juego
a las mismas Águilas. Ese día el receptor fue Henry Blanco, el mismo que hoy
funge de manager en este exitoso grupo.
En la LVBP, en una carrera
que abarcó 15 temporadas entre 1990 y 2008, principalmente con Navegantes del
Magallanes, Eddy Díaz acostumbró a la fanaticada a dar batazos oportunos en los
momentos más importantes. Y ese fue su cantar a nivel doméstico, como en las
menores, en los veranos mexicanos y en el poco tiempo que estuvo en las Mayores
con los Cerveceros de Milwaukee y en la pelota del Lejano Oriente. Un hombre de
profunda entrega en el terreno, que logró desarrollar una exitosa filosofía de
juego. Hoy intenta inculcarla a los jugadores de Bravos, como lo hace todo buen
maestro con su alumnado.
“Siempre utilizo con los
muchachos, la misma filosofía sobre la cual construí mi carrera como jugador:
trabajo, dedicación, constancia y amor al beisbol ¿Cómo hago para inculcarle
esas lecciones a mis jugadores? Les indico qué hacía yo cuando era activista:
nunca dejes de mirar la bola cuando la suelte el lanzador. Quédense un poco
atrás en el swing. No se abran en la caja de bateo y hacer buenos contactos.
Los muchachos han asimilado muy bien esas nociones y los resultados están a la
vista”.
Eddy Díaz regó los estadios
venezolanos con 447 imparables a lo largo de su carrera en la LVBP. Logró 106
dobles, seis triples, 24 jonrones y condujo a 208 compañeros al plato. Al
colgar el guante dejó impresa línea ofensiva de .256/.264 /.356 con OPS de
.620. Vale decir que tuvo a una verdadera constelación en calidad de
compañeros: Johan Santana, Freddy García, Melvin Mora, Edgardo Alfonzo, Carlos
García, Oscar Azócar. No era fácil abrirse paso en el Magallanes de los 90 y gran
parte de la década inicial del nuevo siglo.
“Esta versión de Bravos me
hace recordar aquel Magallanes de los 90, con aquellos grandes nombres y
estupendos importados. Era un club con mucho talento, tal cual ocurre con
Bravos en la actualidad. A pesar de ser un club muy joven, posee inmensas ganas
de ganar, como sucedía en aquellos Navegantes. Fue un orgullo para mi ser parte
de aquel equipo, como hoy lo es pertenecer a un club tan pujante como esta
versión de Bravos de Margarita. Este trabajo me produce inmensa satisfacción,
pues desde el primer día se ha notado el interés de los muchachos por aprender.
Jugadores como Dennis Ortega y Breyvic Valera han trabajado duro. Preguntan,
desean aprender cada vez más. Y cuando vemos sus actuaciones, comprendemos que
vamos por el camino correcto. Otros ejemplos que puedo citar son el campocorto
José Alexander Martínez, una de las sensaciones del campeonato y el jardinero
Diego Rincones. Esos muchachos trabajan fuerte, lo mismo que David Rodríguez y
Luis Castro. Ponen de su parte en cada día, en cada práctica. Y produce onda
satisfacción cuando vemos que eso que tanto entrenan, lo ejecutan con soltura y
brillantez en el campo de juego contra los clubes rivales”.
Eddy Díaz fue un pelotero
con inobjetable mentalidad ganadora. Lo demostraba con el bate, con el guante y
cuando transitaba por las bases. Hoy, esos condimentos, trata de esparcirlos
sobre la savia nueva que nutre a Bravos de Margarita. Y con la batuta en mano,
hace que esos pinos que se desarrollan, marquen los compases adecuados para
lograr los objetivos que se han diseñado.
¿Llegará Bravos a
postemporada? ¿Será finalista? ¿Conquistará el campeonato? Todavía faltan unos
cuantos batazos y sacar otros tantos outs para saberlo. Mientras, la tropa
insular vive y disfruta su sueño.
En la temporada 1988-1989 hubo
una situación parecida a la vivida por Bravos. Y aquí las Águilas del Zulia
vuelven a entrar en escena. Por problemas con el arrendamiento del parque “Luis
El Grande”, el equipo estuvo a punto de no jugar aquella campaña. A unas dos
semanas de iniciarse el torneo, luego de varias e importantes mediaciones, el
humo blanco se apreció en Maracaibo. Casi no hubo tiempo de practicar y hubo
que armar una importación de última hora, en la cual había un joven receptor de
nombre Joe Girardi.
En enero, aquel equipo
tardío venció en reñida final a Tigres de Aragua y al mes siguiente, en
Mazatlán, México, alzaba su segundo trofeo de campeón del Caribe. Se hacía
patente la evangélica frase de “Los últimos serán los primeros”.
¿Ocurrirá igual con los
Bravos? Diría el siempre recordado Carlos Tovar Bracho: “Estas son las
emociones del beisbol”. (Síguenos por nuestro Twitter oficial
@beisbolcontodo)
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