(Fuente vía El Nuevo Herald
/ Por Jorge Ebro) El
talento y la presión se agolpan por igual delante de la puerta de Luis Robert
Moirán. Hacía rato que un novato no despertaba tanto interés y expectativa, al
punto que un futuro compañero de equipo llegó a afirmar que iba a ser el
próximo Mike Trout en las Grandes Ligas.
Sin duda, Moirán posee las
herramientas, las cinco famosas, y una capacidad atlética impresionante. Verlo
en el terreno, desde Cuba a las Ligas Menores, permite admirar un espécimen
diferente, un chico con un potencial enorme que solo necesita poner las piezas
en su lugar y jugar bastante.
Para decirlo por lo claro,
Moirán ya debió haber debutado en el 2019. Sus números en la granja de Chicago
no podían ser más espectaculares y redondos: una línea ofensiva de
.328/.376/.624, con 32 cuadrangulares, 31 dobles, 92 carreras impulsadas, 108
anotadas y 36 estafas.
De cierta manera, a Moirán
le sucedió algo parecido a su compatriota Yordan Alvarez. El tunero destrozó
tanto la bola en las Menores de Houston que creó cierto clamor dentro de la
afición de los Astros que presionaba a la organización para que ascendiera al
súper prospecto.
Ante tanta presión, el alto
mando de la franquicia cedió y el 8 de junio Alvarez debutaba en Grandes Ligas,
creando una estela de estadísticas y poder que, a pesar de perder más de dos
meses de temporada, le conquistaron el premio de Novato del Año.
Esa mismo deseo de subir a
Moirán era manifiesto en la afición de los Medias Blancas, pero a diferencia de
los Astros comprometidos a ganar y repetir el título de campeones de la Serie
Mundial, la reconstrucción de Chicago no exigía apuros y los jerarcas de la
franquicia contuvieron al antillano en las Menores.
Pero si lo de Alvarez -quien
deberá lidiar con la llamada Maldición del Segundo Año- fue progresivo, a
Moirán casi parece que se le exige el galardón de mejor novato del 2020 como si
fuera una obligación, una apuesta segura.
Físicamente, Moirán hace
rato está listo. Su capacidad para impactar el juego en diversas maneras está
fuera de duda, pero tendrá la fuerza mental para convivir con esas altas
expectativas y esas comparaciones con Trout, como hizo Eloy Jiménez en el
invierno.
“Voy a hacer todo lo posible
para traerle felicidad a los aficionados y ayudar a mi equipo’‘, comentó Moirán
a la prensa en Chicago. “Quiero disfrutar el juego y las cosas que sé que puedo
hacer. Definitivamente, me complace ver el apoyo de los fanáticos y lo que
ellos esperan de mí’‘.
Y Chicago espera mucho y
pronto. Después de apilar talento tras talento, el club estima que llegó la
hora de poner punto final a la reconstrucción y competir de tú por tú con las
potencias de su división. Novatos como Moirán y veteranos como José Abreu deben
crerar la mezcla perfecta del presente y el futuro.
Así que todo está listo para
la salida de Luis Robert Moirán al gran escenario. Pase lo que pase, será
interesante constatar su crecimiento, observar sus triunfos y su capacidad para
lidiar con la adversidad, pero el potencial es indudable. ¿El próximo Mike
Trout?
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